Al abrir la bolsa nos encontramos con un tabaco con humedad y con un fuerte aroma a licor, cómo si se tratase de un bombón de los rellenos de licor. Su encendido es dificultoso cómo la mayoría de los aromáticos que están bastante salseados, salvo que se lo deje secar en forma previa.

El sabor que nos ofrece, es principalmente un sabor a licor, y a veces muy sutilmente un toque de chocolate. El salseado tapa casi todo el sabor de los tabacos, aunque a veces podemos notar un poquito la Virginia joven, dependiendo de cuanto se lo deje secar.